ACTIVIDAD No.3
VIRUS EN UN CUERPO VIVO.
En biología, un virus (del latín virus, «toxina» o «veneno») es una entidad infecciosa microscópica que sólo puede multiplicarse dentro
de las células de otros organismos. Los virus infectan todos los tipos de
organismos, desde animales y plantas, hasta bacterias y arqueas. Los virus son demasiado pequeños para poder ser
observados con la ayuda de un microscopio óptico, por lo que
se dice que son submicroscópicos. El primer virus conocido, el virus del
mosaico del tabaco, fue descubierto por Martinus Beijerinck en 1899, y actualmente se han descrito más de 5.000, si bien
algunos autores opinan que podrían existir millones de tipos diferentes. Los
virus se hallan en casi todos los ecosistemas de la Tierra y son el tipo de
entidad biológica más abundante. El estudio de los virus recibe el nombre de virología, una rama de la microbiología.
A diferencia
de los priones y viroides, los virus se componen de dos o
tres partes: su material genético, que porta la información hereditaria, que
puede ser ADN o de ARN; una cubierta proteica que protege a estos genes —llamada cápside— y en algunos también se puede
encontrar una bicapa lipídica que los rodea cuando se encuentran
fuera de la célula —denominada envoltura vírica—. Los virus
varían en su forma, desde simples helicoides o icosaedros hasta estructuras más complejas. El
origen evolutivo de los virus aún es incierto, algunos podrían haber
evolucionado a partir de plásmidos (fragmentos de ADN que se mueven
entre las células), mientras que otros podrían haberse originado desde bacterias. Además, desde el punto de vista de
la evolución de otras especies, los virus son un medio importante
de transferencia horizontal de genes, la cual incrementa la diversidad genética.
Los virus se
diseminan de muchas maneras diferentes y cada tipo de virus tiene un método
distinto de transmisión. Entre estos métodos se encuentran los vectores de transmisión, que son
otros organismos que los transmiten entre portadores. Los virus vegetales se
propagan frecuentemente por insectos que se alimentan de su savia, como los áfidos, mientras que los virus animales se
suelen propagar por medio de insectos hematófagos. Por otro lado, otros virus no
precisan de vectores: el virus de la gripe (rinovirus) se propaga
por el aire a través de los estornudos y la tos y los norovirus son transmitidos por vía fecal-oral, o a través
de las manos, alimentos y agua contaminados. Los rotavirus se extienden a menudo por contacto
directo con niños infectados. El VIH es uno de los muchos virus que se transmiten por contacto sexual o por exposición con sangre
infectada.

No todos los
virus provocan enfermedades, ya que muchos virus se reproducen
sin causar ningún daño al organismo infectado. Algunos virus como el VIH pueden producir infecciones permanentes o crónicas
cuando el virus continúa replicándose en el cuerpo evadiendo los mecanismos de defensa del huésped. En los
animales, sin embargo, es frecuente que las infecciones víricas produzcan una
respuesta inmunitaria que confiere una inmunidad permanente a la infección. Los
microorganismos como las bacterias también tienen defensas contra las
infecciones víricas, conocidas como sistemas de restricción-modificación. Los antibióticos no tienen
efecto sobre los virus, pero se han desarrollado medicamentos antivirales para tratar infecciones
potencialmente mortales.
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